Ante los anuncios por redes sociales y medios de comunicación sobre probables movilizaciones violentas en diversas ciudades, sobre todo en el sur del país, para el próximo 4 de enero convocado por diversas organizaciones que no han descartado su cercanía con elementos de comprobada filiación terrorista enquistados en el Movadef y en otras organizaciones senderistas, la Comisión de Seguridad Ciudadana y Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima señala lo siguiente:
1. El derecho a la protesta pacífica es un derecho humano que se configura a partir de otros derechos expresamente reconocidos por la Constitución y debe ser respetado por los gobiernos democráticos.
2. Como todo derecho tiene un límite y este se encuentra cuando se violan los derechos de otros ciudadanos. Las protestas dejan de ser pacíficas cuando se violenta el derecho a la vida, salud, trabajo, libre tránsito y propiedad.
3. Exhortamos a la población en general, a no dejarse llevar por los afanes desestabilizadores de radicales, cuyo propósito principal sería crear caos, muerte y crisis.
4. Rechazamos las tentativas políticas violentistas que buscan instaurar una “República de Nueva Democracia “, que podrían ser utilizadas por cabecillas de Sendero Luminoso para capturar el poder por la fuerza.
5. Por ello, rechazamos enérgicamente todo tipo de acciones que intenten afectar el orden interno, orden público y la seguridad de nuestra Patria, más aún en las actuales circunstancias, donde existe la declaratoria de Estado de Emergencia.
6. Apoyamos y alentamos a nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú, en su sagrada misión de defender el Estado de Derecho, la Constitución y la democracia, amenazada por quienes buscan crear caos y violencia precisamente en momentos en que el actual Gobierno se encuentra avocado en restablecer progresivamente el estado de derecho y la paz social.
7. Nos solidarizamos con los familiares de los 28 compatriotas que perdieron la vida, los 290 efectivos policiales heridos en las últimas protestas y los empresarios del Perú, en particular con la pequeña y microempresa, que vienen realizando denodados esfuerzos para sobreponerse a la crisis económica generada por el bloqueo de carreteras y aeropuertos, así como por los actos de violencia contra entidades públicas y privadas, que vienen ocasionando serios desequilibrios en sus economías por la escasez de productos y por la inestabilidad social.