Por Alvaro Gastañaduí Ramírez
Director de NewFacio Comunicaciones
Cerca de 3,000 millones de soles se habrían perdido en este mes de enero en el Perú por las marchas y bloqueos que han afectado las más importantes actividades económicas del país, según los cálculos del Ministerio de Economía y Finanzas. Sin embargo, esa cantidad representaría solo las pérdidas registradas en el sector económico formal en las áreas de agricultura, minería, turismo, servicios, transportes, entre otras que representan apenas el 30% de la actividad productiva del país. Es decir, las pérdidas en el sector informal, aquel en el que se encuentran los millones de micros y pequeñas empresas que emplean más del 68% de la mano de obra del país, los trabajadores independientes, entre otros, serían mayores que las registradas en el aparato productivo formal del país. Y también habría que incluir en esas pérdidas los sobrecostos que han tenido que pagar los cientos de miles de hogares peruanos ante la escasez de alimentos, medicinas y combustibles, que provocaron los bloqueos de las carreteras.
Según el viceministro de Mype e Industria, Javier Dávila, alrededor de 570 mil micro y pequeñas empresas se han visto afectadas por la coyuntura política y social, que han perdido alrededor de S/ 116 millones diarios, es decir más de 3,400 millones de soles durante el mes de enero. Y en ese contexto, ha resaltado que las personas de menores ingresos del país son las más perjudicadas por la conflictividad social, no solo porque pierden oportunidades de empleo y generar ingresos, sino también por los sobrecostos que deben pagar por la escasez de los insumos que utilizan para trabajar, así como por sus alimentos y combustibles.
Y entre las micro y pequeñas empresas afectadas figuran restaurantes, transportistas, talleres de servicios, hospedajes, guías de turismo, entre muchas otras. Y las regiones más afectadas son Cusco, Madre de Dios y Puno, que tardarán varias semanas, o meses, en recuperarse.
Lamentablemente, muchos de esos emprendedores han tenido que incursionar en otros sectores para poder sobrevivir, en espera de nuevos tiempos para retornar a sus actividades iniciales. Y esa transición les generará mayores pérdidas económicas y de generación de recursos.
Por ello, si alguien cree que las marchas y bloqueos afectan a las empresas más grandes, a los que más tienen, se equivocan. Los más afectados ahora, y en las próximas semanas, cuando se acentúen los efectos de la conflictividad social en el aparato productivo nacional, serán los trabajadores formales e informales y los más pobres.
En tal sentido, cabe recordar lo dicho hace unos días por el presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP), Óscar Caipo, quien aseguró que la violencia social registrada en el país en las últimas semanas ha puesto en serio riesgo el empleo de casi 10 millones de trabajadores, entre directos e indirectos, formales e informales. De todos esos empleos, dos millones son de la minería, cuatro millones del agro y otros cuatro millones de turismo, sector que sería el más perjudicado y el más difícil de poder recuperarse, pues depende de la confianza que pueda generar todo el país para atraer visitantes.
Lamentablemente, tendrán que pasar varias semanas o meses para que la actividad económica del país, especialmente de las regiones del sur, pueda recuperarse plenamente. Y mientras ello sucede varios cientos de miles de peruanos habrán perdido sus empleos y les será muy difícil reingresar al mercado productivo. Además de todo ello, el Perú habrá perdido atractivo para nuevas inversiones, lo que perjudicará aún más la generación de empleo y la reducción de la pobreza.