Dirigentes de la industria y pesca artesanal peruana denunciaron que Perú es el único país de la región que ha permitido el ingreso de más de un centenar de barcos calamareros y, además, no ha cumplido, entre otras obligaciones, con hacer las inspecciones para verificar el cumplimiento de los derechos humanos y el trabajo digno a bordo de esas naves.
Alfonso Miranda Eyzaguirre, presidente del Comité de Pesca y Acuicultura de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), señaló que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) no se ha preocupado por la situación de los centenares de tripulantes que ingresan a nuestros puertos sin que nadie vele por sus vidas y derechos,
“Los vemos muy activos para dar charlas y gastar en publicidad, pero a la hora de la verdad, brillan por su ausencia”, agregó.
Por su parte, la presidenta de la Sociedad Nacional de Pesca Artesanal (Sonapescal), Elsa Vega, denunció que la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) solo trabaja para perseguir y acosar a los armadores artesanales y hacen la vista gorda con los inmensos y destartalados barcos chinos que pululan en puertos peruanos como Chimbote, Callao y Pisco.
“A nosotros nos buscan la sinrazón, mientras que a los depredadores chinos les apañan un régimen de esclavitud que está reñido con todas las normas del mundo”, manifestó.
Ambos dirigentes pesqueros coincidieron en que desde junio del año pasado el gobierno peruano ha permitido el ingreso de más de 180 barcos poteros chinos, incumpliendo la norma que les exige tener instalado a bordo un dispositivo satelital y que, a partir de ese momento, la pesca artesanal ha tenido un brusco descenso, mientras la industria pesquera para consumo humano ha perdido abastecimiento de materia prima con lo que peligran 200 mil puestos de trabajo en el sector, lo que va a debilitar la economía y a profundizar la crisis social del Perú.
Según Elsa Vega, “El gobierno peruano está destruyendo un emprendimiento que se desarrolló sin ayuda del Estado y va a ser el culpable de un grave estallido social en el norte del país. Ya es hora que atiendan la problemática de la pesca artesanal, la misma que se la hemos hecho saber muchas veces”, enfatizó.
“Además, los pescadores artesanales han avistado embarcaciones poteras chinas pescando ilegalmente en aguas jurisdiccionales peruanas, sin que nadie del gobierno se interese por esta violación a nuestra soberanía”, subrayó.
Por su parte, Miranda Eyzaguirre coincidió en que la actual situación se torna insostenible y que el Perú podría perder una nueva oportunidad de desarrollo descentralizado y formal si se permite que la flota china siga actuando con la misma falta de transparencia y debilidad del Estado.
“La pesca para consumo humano va a desaparecer si en nuestro propio país, a los barcos chinos se les autoriza a competir deslealmente contra la industria nacional. Ningún otro país lo permitiría”, concluyó.