En días pasado la candidata presidencial Keiko Fujimori puso sobre la mesa la propuesta de distribuir el 40% del Canon Minero directamente a los pobladores de las zonas aledañas a la actividad minera. En este contexto es bueno recordar que el Canon Minero está compuesto por el 50% del impuesto a la renta anual pagado por las empresas mineras.
Según Ricardo Labó, socio minero en Log Energy and Mining Consulting, esta propuesta no es totalmente nueva e innovadora. Señaló que años atrás hubo propuestas similares, y la pregunta que surge es si es viable y posible. El experto señala que es importante conocer los modelos de otros países sobre cómo gestionan sus recursos, pero sobre todo cómo hacen que la riqueza generada se transforme en desarrollo y perdure.
“En el mundo existen por ejemplo experiencias de la creación de los denominados Fondos Soberanos, la mayoría de ellos alimentados de los ingresos generados por la explotación de sus recursos naturales; así por ejemplo existen los Fondos Soberanos de Alaska y de Noruega, el de Alaska distribuye las ganancias de sus inversiones entre todos sus ciudadanos alcanzando hasta los 2,500 dólares al año por persona. El noruego alimenta anualmente el presupuesto nacional del país representando al 20% del mismo”, explica Labó.
En ese sentido, la propuesta de Labó recoge parte de las experiencias mencionadas y las combina con las peruanas, y propone la creación de un nuevo Canon y también un Fondo Minero Soberano que se alimente de parte del impuesto a la renta y otros ingresos, y cuyos recursos se inviertan en acciones infraestructuras y otras opciones.
“De haberse creado este Fondo Soberano hace 16 años, hoy se contaría con un fondo de casi 20 mil millones de soles y se habría transferido a los gobiernos sub nacionales o regionales más de 30 mil millones de soles distribuido alrededor de 10 mil millones de soles entre los pobladores de las zonas mineras” indicó el especialista.
De esta manera se cumpliría, comenta Labó, con seguir brindando recursos a los gobiernos sub nacionales para realizar inversión pública, sin efectar su actual capacidad de gasto, también se distribuiría en recursos directamente al bolsillo de las personas y lo más importante es que se tendría un fondo para futuras generaciones. Y a la vez se estaría transformando la riqueza generada por recursos no renovables en recursos financieros renovables.
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