En medio de una crisis económica por la que atraviesa la población peruana, la palabra factoring viene a ser un término interesante para todas aquellas empresas que necesitan funcionar día a día.
Como se conoce, el factoring es aquella herramienta financiera que otorga a todas las empresas cambiar sus cuentas por cobrar, ya sea facturas, en recursos líquidos a costo menores, pero con mayor rapidez para financiar el capital de trabajo.
Según Dilma Aranda, subgerente de proyectos de la Bolsa de Valores de Lima (BVL) plantea dos tipos de factoring, el llamado “sin recursos” y el segundo “con recurso o descuento”. En ambos, es cuando la entidad de financiamiento adquiere del proveedor las facturas emitidas por este para darle la liquidez rápidamente.
La diferencia está en que el primero ante un incumplimiento del pago, la entidad de financiamiento no puede cobrar al proveedor, mientras que en el segundo tipo si puede cobrar al proveedor (utilizar un recurso).
Ante esta situación, aparece la factura negociable como opción con la cual se puede obtener liquidez inmediata, indicó Aranda. “Su principal ventaja es que no necesita crear nuevas deudas con el sistema financiero o tener una línea de crédito. Por otro lado, al no referirse de un crédito, la tasa de descuento aplicada puede ser inferior a la de un préstamo u otras alternativas de financiamiento.
Asimismo, explicó que utilizan las facturas a través de la plataforma Factrack en donde se pueden registrar facturas y realizar operaciones de factoring mediante participantes autorizados. Esto permite centralizar las facturas negociables y validar la información directamente con la SUNAT, gracias a esto se podrá eliminar el riesgo de facturas duplicadas o falsificadas, precisó Dilma Aranda. El siguiente cuadro refleja la evolución de las facturas negociables en relación con la plataforma ya mencionada desde el 2016 hasta el 2020.
Es importante mencionar la evolución de plazos de pagos, ya que con el paso del tiempo no existe factura que tengan tiempo que superen los siete a doce meses. Así lo demuestra el siguiente cuadro.
Con respecto a este tema, Fiorella Garate, Head Comercial de Facturas Negociables del BCP resalta como ventaja diferencial el acceso al crédito (genera récord crediticio) e inmediatez a la liquidez, para así ayudar a las pymes y utilizar a la facturación negociable como un vehículo de inclusión financiera.
Queriendo sintetizar y esclarecer dudas, Luis Terrones, Secretario General de la Asociación Peruana de Factoring (APEFAC) considera que es una ventaja estructural porque se alinea con diversas políticas públicas para el desarrollo general de la economía. Así, favorece la formalización y le da un valor agregado en un Perú lleno de informalidad.
Al existir siempre complicaciones en toda negociación, una empresa puede tener problemas con el tipo de factoring que escoge. Por el simple hecho de partir de una economía de libre mercado y si alguna empresa no se siente cómoda con las condiciones financieras que le ofrece su proveedor, puede diferir y rescindir el contrato. Esta situación únicamente cambia cuando ya hay una firma de contrato y se tiene tiene el documento en descuento, así se deberá cumplir, resaltó el secretario general de la APEFAC.
Finalmente, Luis Terrones resalta que el proveedor de las mypes no puede ser coaccionado ni dirigido para restringir su libre negociación de facturas. Es acá donde se pide al gobierno la necesidad de implementar el Decreto de Urgencia 013 porque le puede dar mucho más poder de negociación al proveedor, así generará más condiciones para que haya más ofertas y favorecerá al libre acceso de financiamiento para cerrar la brecha de mercado entre ofertantes de créditos y demandantes de créditos.