Lamentamos la pérdida de vidas de siete peruanos, entre ellos dos menores de edad, producto de las acciones violentas de los últimos días.
El autogolpe de Estado del expresidente Castillo puso en evidencia su esencia antidemocrática y quiso frenar investigaciones sobre alarmantes indicios de corrupción en su entorno cercano, tanto así que todos sus ministros renunciaron y la vacancia fue aprobada con votos de congresistas de sus propias filas, seguida por la sucesión constitucional de la Dra. Dina Boluarte Zegarra.
Sin embargo, algunos grupos, igualmente antidemocráticos, no aceptan el orden constitucional ni el Estado de Derecho, y recurren a la violencia y al caos como herramienta para lograr sus objetivos políticos. Como consecuencia, estamos siendo testigos de ataques a comisarías, toma de aeropuertos, bloqueo de carreteras, agresiones a las fuerzas del orden, asaltos a medios de comunicación y vandalismo en empresas privadas e instalaciones públicas.
La violencia afecta a millones de peruanos que no pueden transitar libremente, a miles de micro y pequeños empresarios que desean continuar con su vida para alimentar a sus familias tras la fuerte recesión económica que originó la pandemia. Asimismo, estas acciones violentas impiden que los niños asistan a sus centros de estudios y que personas con urgencias médicas puedan atenderse. La violencia trae dolor y genera pobreza.
Por ello, hacemos un llamado a la calma y la paz social para que el país pueda salir de esta crisis. Es necesario convocar al diálogo más amplio en el Acuerdo Nacional. Los peruanos queremos unión y trabajo para prosperar.