El 2020 ha sido el año de la tormenta perfecta para el Perú. Hemos sufrido, simultáneamente, las peores crisis de los últimos 100 años en los campos de la salud pública, la economía y la política. Es verdad que pocos países se han escapado de los efectos de la pandemia Covid-19, pero, sin lugar a duda, el Perú ha sido el país más golpeado por ella.
Lamentablemente, en nuestro caso la severidad de la crisis ha sido consecuencia, en gran medida, de la ineptitud de nuestras autoridades. Pero, lo peor de todo, es que esa ineptitud nos ha llevado a una situación desde la cual no podemos avizorar una clara salida, sino, por el contrario, corremos un alto riesgo de que la situación se agrave durante el 2021.