Una de las actividades importantes del Sector Pesquero lo constituye la Acuicultura, sobre todo para la pesca artesanal que reúne a un promedio de 77,000 pescadores aproximadamente en el país, pero lamentablemente esta actividad está muy venida a menos; sin embargo, si tuviera el apoyo que requiere esta actividad acuícola, otra seria la historia, no solo para el sostenimiento de los pescadores artesanales que se dedican a esta actividad, sino también para la población en general.
Este es el caso de la Asociación de Pescadores Artesanales Cultivadores y Marisqueros del Callao (APACMC) y la Mype Cultivadores del Mar del Callao (CUMACSAC), que se creó en merito a Ley General de Promoción de la Acuicultura, que fomentaba de manera responsable la acuicultura con la capacitación y transmisión de tecnologías para la producción de peces, moluscos y algas, y que increíblemente fue derogada. La Asociación está conformada por 50 socios que sostienen a un promedio de 600 personas como familia, y la Mype lo componen 10 socios.
En Brújula Económica conversamos con el presidente de la Asociación, Manuel Caminiti, quien recordó que en el año 2015 un grupo de pescadores artesanales del Callao dedicados a la pesca de consumo perdieron el permiso para pescar anchoveta y decidieron que tenían que cambiar de rumbo para sobrevivir y sostener a sus familias.
En ese momento la acuicultura les pareció la mejor opción teniendo en cuenta que en los alrededores de la isla San Lorenzo del Callao, existe un banco natural de conchas de abanico, yacimiento que a pesar de la protección estatal venía siendo explotado por extractores informales.
Conchas de abanico
“El 2010 las conchas llegaron a tener el tamaño de un plato”, señaló Caminiti, pues su plan era formalizarse y solicitar un área en concesión para trasplantar conchas de abanico y cultivarlas hasta conseguir ejemplares dignos de exportación. Sin embargo, tanto Caminiti y sus compañeros se dieron cuenta que tenían que atravesar un denso bosque de trámites para obtener los permisos necesarios, desde agruparse en una MYPE hasta obtener permisos de entidades como SANIPES, DICAPI y la región Callao.
El trabajo consistía en la siembra, engorde, cosecha y comercialización de recurso molusco bivalvo (concha de abanico) y de algas marinas. Así mismo, realizaron proyectos de fondos concursables para cofinanciar propuestas productivas (planes de negocio).
Pero siempre surgían nuevos obstáculos. No hace mucho tiempo se dieron con la sorpresa que estaba prohibido trasladar semillas del banco natural hasta cualquier concesión (prohibición que se levantó temporalmente) y que no podrían exportar sus productos porque el mar del Callao, como buena parte del mar peruano, presenta algún grado de contaminación.
Según la ingeniera Jessica Pino Shibata, para los pescadores artesanales tener un área acuática ha sido una larga lucha de largos procesos administrativos que tiene el Estado, presentar una carta fianza emitida por una entidad financiera por un valor de 12% de la UIT por cada hectárea concesionada, la elaboración del instrumento ambiental, y paciencia para hablar con los funcionarios de los gobiernos regionales de turno o Produce. Asimismo, coordinar con la autoridad sanitaria para poder monitorear las aguas donde se realiza la actividad y por último luchar con la contaminación que puede darse por otras actividades cercanas a las áreas acuícolas. Una larga batalla para ver su sueño hecho realidad.
“Hay lugares como el Callao que necesitan tener plantas depuradoras para que la producción acuícola pueda exportarse. Por estos motivos, muchos pescadores artesanales ven en la acuicultura una actividad difícil”, señala Pino Shibata.
Falta de apoyo
“Actualmente ninguna entidad del Estado nos ha brindado apoyo. Lo que el Gobierno Regional del Callao está haciendo por la acuicultura en el Callao es gestionar ante FONDEPES el acceso de semillas de Concha de abanico para que los centros acuícolas de la zona del Callao puedan iniciar su siembra. Asimismo, viene gestionando la implementación de un centro de depuración de moluscos bivalvos, para que, una vez cosechado el producto, pueda ser limpiado de bacterias y virus propios de la especie y posteriormente ser comercializado sanitariamente apto”, señaló Caminiti.
“En la actualidad las escasa semillas con la que contamos, es por el proceso de asentamiento natural, pero es insignificante para el área que poseemos y para nuestro proyecto. Requerimos de las semillas de concha de abanico y de plantas de algas marinas para poder desarrollar nuestra actividad. Así también requerimos que un centro de producción de semillas nos facilite semillas de concha de abanico bajo las condiciones de crédito financiero, si fuera el caso de FONDEPES”, remarcó el dirigente pesquero artesanal.
De otro lado, menciono que el apoyo de PRODUCE es escaso, resaltando que la incertidumbre que existe en el ministerio por el constante cambio de funcionarios y la inestabilidad política hace que los avances que se realizan sean infructuosos. Asimismo, añadió que el apoyo que reciben del Gobierno Regional del Callao es insuficiente.
“Para acceder a un crédito o apoyo, el Estado solicita infinidad de documentos, siendo una de ellos, no contar con deuda pendiente o no estar en INFORCORP, y esto limita a los pescadores artesanales la posibilidad de acceder a un crédito”.
De la misma manera detalló que el Fondo de Desarrollo Pesquero (FONDEPES), aun no cuenta con línea de crédito para acuicultores en el caso de obtención de semillas. En muchos casos, en Fondepes aducen que no tienen semillas en su centro de producción ubicado en Casma.
Derrame petróleo
Si fuimos afectados, ya que como pescadores artesanales que somos y teniendo como centro de labores la zona del Callao que abarca también la costa de ventanilla, en donde nuestros productos extraídos tienen como mercado esos lugares y que por causa del derrame de petróleo la población rechaza y evita consumir nuestros productos por temor a contaminarse de este producto contaminante.
Polo desarrollo maricultura
Por otra parte, Manuel Caminiti, presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales Cultivadores y Marisqueros del Callao (APACMC), menciona que el Callao tiene potencial para convertirse en un polo de desarrollo para la maricultura, y que se debería impulsar con más fuerza el fomento de cultivo y crianza de especies acuícolas en espacios controlados, velando por la conservación del medio ambiente.
La actividad acuícola en el Callao está representada por concesiones de categoría AMYPE (Acuicultura de Micro y Pequeña Empresa), que consiste en una producción no mayor a 150 toneladas al año.