El panorama actual de las empresas en el Perú aún tiene retos por resolver. Durante la XXII edición de la Encuesta Anual de Ejecutivos (EAE-2024) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) se presentó las perspectivas de los empresarios peruanos sobre el desempeño de sus negocios y la ejecución de inversiones en 2025. De ello, un 72% de los empresarios peruanos considera que el desempeño de sus negocios en el 2025 será mejor que en el 2024 en donde también muestra que el 23% de los encuestados espera que su negocio tenga un rendimiento similar al 2024, mientras solo el 5% anticipa una caída.
De cara al 2025, la encuesta de la CCL muestra las prioridades de los empresarios para alentar el crecimiento y la inversión privada. En ese sentido, la principal preocupación es controlar la seguridad (54%), amenaza que debe ser atendida con urgencia para el funcionamiento adecuado de las empresas.
Además, le siguen la estabilidad política (18%) por ser esencial para garantizar un clima de confianza y previsibilidad, y el fin de la corrupción (16%), pues se percibe como un obstáculo para el crecimiento y la competitividad. Finalmente, el desarrollo de infraestructura terrestre, aérea y ferroviaria (9%), clave para mejorar la conectividad y eficiencia logística en el país también es una condición esperada.
De otro lado, el 48% de los encuestados de la CCL estimó que sus ventas crecerían este 2024 (de este grupo el 29% espera que sus ventas crezcan hasta 20%, mientras el 19% estima un crecimiento superior al 20%). En tanto, 35% espera que sus ventas se mantendrán iguales, mientras el 16% proyecta que caerían.
Teniendo en cuenta este contexto, al finalizar el 2024, es esencial que las empresas peruanas realicen un análisis exhaustivo de sus fortalezas y debilidades para garantizar su sostenibilidad y crecimiento durante el 2025.
Importancia del análisis de fortalezas y debilidades
Es necesario comprender las fortalezas y debilidades de una empresa para tomar decisiones estratégicas informadas y a tiempo. Este análisis permite a las organizaciones identificar áreas de mejora y potenciar sus ventajas competitivas. Según Anna Pérez, Colaboradora de OBS Business School, perteneciente a Planeta Formación y Universidades, “antes de aspirar al posicionamiento de una marca, es primordial que la dirección del negocio tenga claras cuáles son las fortalezas y debilidades de una empresa. Esto, que a primera vista suena demasiado obvio, no lo es tanto si tenemos en cuenta que a muchas compañías les cuesta los ejercicios de autoevaluación”.
Debilidades y fortalezas más comunes y reconocidas en las empresas
Según Pérez, entre las debilidades más frecuentes se encuentran:
- Falta de inversión en nuevas tecnologías: Hará que la organización se quede atrás, mientras sus competidores continúan prosperando. Se debe invertir en tecnología.
- Mala gestión financiera: El exceso de deudas o un flujo de caja inadecuado puede poner en riesgo la continuidad del negocio.
- Ausencia de una estrategia clara: Sin una planeación adecuada, es difícil mantener la competitividad y la eficiencia operativa, combinada con buen liderazgo.
- Problemas de calidad en productos o servicios: La insatisfacción del cliente puede afectar la reputación y la rentabilidad de la empresa.
Por otro lado, las fortalezas que contribuyen al éxito empresarial incluyen:
- Capacidad de adaptación: La resiliencia para mejorar procesos y ajustarse a los cambios del mercado, así como satisfacer las nuevas demandas de los clientes.
- Equipos de trabajo talentosos y motivados: Personal comprometido que impulsa la eficiencia y la calidad en las operaciones.
- Diversificación de productos y servicios: Reducir la dependencia de una sola fuente de ingresos y ampliar el alcance en el mercado.
- Conocimiento profundo del cliente: Entender las necesidades y preferencias del cliente para ofrecer soluciones personalizadas.
Las herramientas más útiles para monitorear y hacer una auditoría ideal
Pérez destaca que “herramientas como el análisis DAFO es esencial para identificar estos aspectos y que la demanda de profesionales capacitados en este ámbito está en aumento”. Y expone las claves para interpretar e identificar las debilidades y fortalezas de una empresa.
- Una vez que finanzas, producción, marketing, personal y organización se han sometido a estudio, los responsables de la toma de decisiones tienen que interpretar los resultados del análisis DAFO. Las debilidades que hemos mencionado anteriormente pueden ser muy limitantes para el negocio, pero identificarlas a tiempo y corregirlas será muy beneficioso, esto recae en manos de la dirección de la empresa, sin embargo. sería importante tener mesas de trabajo para ver diferentes perspectivas de solución a estos problemas.
Pero, “el análisis DAFO también se centra en detectar las fortalezas, esas que no hace falta cambiar, sino potenciar. De esta manera, se puede lograr lo siguiente” según la experta:
- Transformar la falta de recursos en innovación: Cuando hace falta presupuesto para poder seguir creciendo y no se dispone de él, recurrir a la creatividad e investigar nuevas opciones es la mejor solución. De estas iniciativas surgen formas más efectivas de gestionar el negocio y alternativas a la administración de procesos tradicional.
- Conseguir que la falta de reconocimiento, experiencia o recorrido en la industria se convierta en seña de identidad: La novedad atrae y, aunque el prestigio es siempre una ventaja, ser nuevo en un mercado puede llamar la atención de los consumidores que buscan el cambio, romper las reglas y desean dejarse sorprender por la empresa que les propone una forma distinta de hacer las cosas.
- Lograr que la falta de capital para invertir en los profesionales mejor cualificados dé paso a la consecución de la mejor reserva de talento para el futuro: Si los perfiles expertos quedan fuera del presupuesto, puede ser el mejor momento para diseñar nuevos planes de carrera e invertir en formación y desarrollo de la plantilla. No sólo se conseguirán desarrollar las capacidades necesarias para cubrir las necesidades futuras del negocio, sino que, además, se elevarán los niveles de compromiso, motivación y satisfacción laboral de la plantilla.
Identificar tanto las debilidades como las fortalezas de una empresa es un ejercicio clave para garantizar su sostenibilidad y competitividad en el mercado. Las debilidades pueden abarcar desde fallos en la estrategia de recursos humanos, problemas de reputación o carencias tecnológicas, hasta la ausencia de objetivos claros o la falta de sintonía entre los diferentes niveles de la organización, deben ser abordadas con rapidez para evitar que se conviertan en barreras al éxito a largo plazo.
Por otro lado, reconocer y potenciar las fortalezas, como una sólida imagen corporativa, la calidad de los productos o servicios, el feedback positivo de los clientes, o habilidades tecnológicas y de gestión, permite a las empresas diferenciarse de sus competidores y capitalizar sus ventajas. En este contexto, el análisis DAFO no sólo se posiciona como una herramienta esencial, sino como un paso estratégico que ninguna organización debería postergar.